El amor de tu vida eres tú mism@
En este blog ya hemos contado historias de las bonitas, felices e incluso de las de «comieron perdices» y también de las realistas, de las que se ocultan bajo sonrisas…
Pero hoy, como no podía ser de otra forma, no nos queda otra que explicaros una historia de AMOR.
De esas de amor a primera vista, de las que duran para toda la vida, de encontrar a tu media naranja o mejor y más actualizada, de ser tu mismísim@ naranja entera.
Y es que aquí de a medias nada, ni las naranjas, ni los amores, ni mucho menos la vida.
¿Recuerdas nuestro lema? ¡Sumar vida a los años y no años a la vida!
¿Así pues… Tú cómo quieres vivirla?
¿Con dificultades de atención, concentración y memoria? Sí, ya sabes… Con olvidos recurrentes o disimulando cuando la palabra no te viene; o con esos despistes cada vez más habituales o olvidándote alguna cosa en cualquier parte… Para encima tener que aguantar y aguantarte el «te haces mayor», «son cosas de la edad», «cómo se te notan los años», «ya chocheas»…
Y es ahí, justo ahí, cuando te puedes conformar bajo autoengaños o excusas del tipo: «eso ya no es para mí», «ya estoy mayor para esas cosas», «es normal con la edad»… Y así, sin darte cuenta, a parte de empezar a sumar excusas, engaños, disimulos, frustraciones y enfados, también habrás dejado que en tu vida solo sumen los años y no la vida.
Entonces… ¿Qué hacer para no restar años, pero sí sumar vida? Pues empezar AQUÍ Y AHORA ESA HISTORIA DE AMOR nunca jamás escrita. La del propio autocuidado, la de trabajar el cuerpo, lo social, espiritual, pero también lo MENTAL. La de arrancar esos entrenos de gimnasia cerebral antes de lo que pida tu propio cerebro, para que el recuerdo que nos llevemos sea el de haberlo hecho.
¿No sabes por dónde empezar? Es normal, pero estar leyendo esto es un buen comienzo.
¡Comenta y comparte y te orientaremos!