Quiero empezar dando una noticia que parece que no nos acabamos de creer, aunque todos y cada uno de nosotros tenemos pruebas y evidencias científicas de ello, desde el primero al último de los que estamos en estos momentos aquí leyendo:
¿Estáis preparados?
NOS HACEMOS VIEJOS.
Es así, desde que nacemos hasta que morimos estamos en un constante proceso de envejecimiento, vaya que a más jóvenes nunca vamos.
Y dicho esto, te pregunto: ¿Tú qué haces para cuidar de tu envejecimiento?
Pues el deterioro es constante y en todos los sentidos, no para, no paramos y quizá ese es el problema y por esto precisamente yo me paro a decírtelo y te animo a parar para planteártelo, para organizártelo, para empezar a hacer algo por tu envejecimiento.
Y créeme que sé de lo que te hablo, porque soy Soraya Fernández de Activa-mente Extremadura, una empresa ubicada en el norte de Cáceres, pero trasladada a cualquier rincón a donde quieras mudarla. Donde llevo más de 5 años trabajando para promover el envejecimiento activo de nuestros mayores, pero… Creo que ha llegado un punto en el que es necesario hablar de envejecimiento activo en todos los sectores poblacionales, creo que es necesario planteárselo al niño, al adolescente, al adulto y al abuelo por supuesto, creo que es necesario plantearlo a nivel individual, pero también social y hasta sistémico.
Entonces… ¿qué te parece si empezamos por el principio?
¿De qué hablo cuando planteo lo de “envejecimiento activo”? Pues hablo sencillamente de salud y como bien sabemos la salud no es aquello que se creía cuando vivían precisamente nuestros abuelos, no. Salud no es ausencia de enfermedad, porque salud es bienestar físico, mental y social.
Físico: propiamente dicho, nuestro cuerpo por fuera y por dentro… ¿Y cómo podemos cuidar de ello? Ejercicio físico, descanso y nutrición. En contra de lo que nos pide el cuerpo, tenemos que movernos y con y por ello el descanso luego. Además, te añado la nutrición, dejemos de alimentarnos y empecemos a nutrirnos, porque ahora sí, como decían nuestros abuelos “somos lo que comemos”.
Mental: de nuevo vamos con ir en contra de lo que nos pide la mente, no parar, así que paremos. Vivimos en un ajetreo que no es nada bueno, necesitamos más descanso, buscando momentos de meditación y sosiego, de parar literal esa mente, esa rumiación, pues eso de intentar ir y estar en todo y no estar en nada y menos en el momento, no nos va bien, “porque no se puede estar en misa y repicando”
Para continuar, cuidar de nuestra salud mental, ya que todos tenemos tendencias, emociones y sensaciones no malas, sino no agradables, por eso empecemos por hablar de ello, sanar por fuera y consecuentemente por dentro, naturalicemos lo que nos pasa en cada momento. Y por supuesto, como profesional de esto, me falta el mantenerse activo, pero en el buen sentido, es decir con ejercicio mental, trabajando nuestra actividad cerebral, porque nuestro cerebro tiene una propiedad que hasta hace poco no sabíamos de ella: la neuroplasticidad. Nuestro cerebro no es estático, sino que podemos cambiarlo y todo aquello que podemos cambiar, se puede trabajar para mejorar.
Y por último, pero no por ello menos importante, ni mucho menos:
Social: otra cosa que también sabemos, desde que nacemos, hasta que morimos, por mucho que nos empeñemos es que necesitamos del resto. Somos seres naturalmente sociales y eso también hay que potenciarlo y no solo en la adolescencia donde la familia son los amigos, sino también cuando nos hacemos mayores. Empecemos a cuidar de nuestras relaciones, a rodearnos de los que nos hacen bien, a aprender a comunicarnos, a comprendernos. Porque si dicen que somos el resultado de las 5 personas con las que más tiempo pasamos… Valora o pregúntate pues “dime con quién andas y te diré quién eres”.
Y aquí os dejo, que tenéis trabajo, el mejor trabajo al que podéis dedicaros: a vosotros mismos y por ende al resto. ¡Feliz vejez!