Empezar, porque no puede faltar, una entrada de blog en la que se cuenta la historia de este proyecto, que pasó de ser sueño a realidad tras mucho cariño, trabajo y esmero. De ahí viene éste, su precioso cuento:

«Había una vez, hace ya más de 11 años, una joven que cursaba bachillerato, obsesionada por mantenerse informada, mínimo se leía 3 periódicos diarios. Hasta que un buen día, en una contraportada, encontró una noticia que de la demencia hablaba. Tal impactó causó en la chica que se puso a investigar y cuanto más buscaba más le intrigaba.
Por eso decidió hacer su «treball de recerca» (algo así como el trabajo de final de bachillerato en Cataluña) sobre ese tema.
De ahí salió el primer fruto de todo esto: «El cuidador de Alzheimer: víctima de los recuerdos olvidados».

Tras el primer descubrimiento, los siguientes yacimientos que se han encontrado ya tienen más de 7 años.
Cuando llegó el turno de hacer el trabajo de final de grado: primero un proyecto de investigación, del que acabó siendo proyecto de intervención tras el máster que después se sacó: «El Alzheimer en la Comarca del Valle del Jerte».

Y ahí se engendró lo que de esto nació. A los 9 meses exactos, en marzo de 2018, el plan empresa de «Activa-mente Extremadura» ya entraba en vigor.

Los primeros pasos fueron de la mano de amistades y pareja, para pasar a andar en solitario como a los 2-3 años. De esto hasta el momento que, desde hace más de un año, empezó a caminar al lado de Paloma Toribio, colega de profesión con quién comparte motivación.

Y unidas en esto, como en los mejores cuentos donde se da un comienzo, que no un final, con una intención: la continuación.