Recogiendo frutos
En la pasada entrada de blog hablábamos del trabajo del agricultor, tan extendido donde nos ubicamos, entre la Vera y el Valle del Jerte (norte de Extremadura-Cáceres).
En ésta, aprovechando los tiempos que corren por Activa-mentex (Día y Semana del abuelo y celebraciones de graduaciones…) no podíamos hablar de otra cosa que no fuera de lo más bonito y gratificante del campo, nuestro campo y diríamos aunque se podría extrapolar y en todos los campos…
La recolección de sus frutos, la valoración de resultados y, en nuestro caso, la satisfacción de poder cerrar junto a ellos otro curso, tras otro año de regalo que nos han dado para poder disfrutarlos.
Por eso, cuando queremos conseguir algo, «la motivación es tener motivos para pasar a la acción». Esto ya la comentábamos en otra entrada de este blog, pero es que esta motivación no es otra que la visualización de resultados, de nuevo, los frutos que cosechamos.
Y por eso también, hoy cerramos esta entrada con algunas preguntas que invitan a reflexión y que en septiembre, si te parece, las retomamos:
¿Te imaginas cómo sería mantener tu mente joven durante toda la vida?
¿Y si pudieras revertir esas dificultades de memoria? ¿O esas trabas a la hora de encontrar la palabra exacta cuando hablas? ¿E incluso esos despistes en los nombres que no sueles usar a diario?
¿Qué dirías si aquello que siempre te has contado que «no es lo tuyo», que «ya no estás hecho para eso» es cuestión de práctica y tiempo conseguirlo?
Piénsalo por un momento…
¿Sería como un sueño o un milagro, no?
Pues por adelantado te contestamos que no, que son los frutos que sembramos a diario.
Y ahora sí, en septiembre seguimos hablando.